Las lesiones son el mayor enemigo del runner. Aunque nos cuidemos a lo largo del tiempo es casi imposible evitar que nuestro cuerpo se resienta, pero de cada lesión debemos aprender nuevas experiencias y sobre todo, a tener espíritu de superación.
Es muy difícil prever lesiones, pero lo más importante es practicar una máxima: conocer nuestro cuerpo y nuestra mente para poder superar con más facilidad los momentos duros, además, conocernos también nos ayudará a “tener un buen diagnóstico de lo que nos pasa” y así poder tratarnos cuanto antes.
Afrontar la lesión física y mentalmente
La primera lesión es siempre un problema físico, ya que suele ser una dolencia en alguna parte de nuestro cuerpo (torcedura, contractura, tirón, rotura…), pero también afecta a la parte emocional. Vamos a daros algunos consejos para poder superar las lesiones y volver a ser el runner que eras.
La autoconfianza
Cuando estamos lesionados nos impacientamos y queremos ver soluciones lo antes posible, buscando varios tratamientos y alternativas para “curarnos enseguida”. La confianzaen nosotros mismos debemos trasladarla a la confianza plena en los profesionales que nos están tratando ya que ellos saben cómo tienen que afrontar nuestra lesión. Recuperarse lleva su tiempo y hemos de confiar por aquellos que saben.
Buscar otros objetivos
Una de las principales causas de las lesiones es plantearnos objetivos a los que quizás no estamos preparados y además hacerlo sin tomarnos el tiempo necesario para prepararnos adecuadamente. En este caso, el principal objetivo –una vez lesionados- es recuperarse por completo y centrar todas nuestras fuerzas en ello; visualizar la superación de la lesión nos ayudará a combatirla mejor.
Trabajar el estrés y la impaciencia
El tiempo en el que estamos inactivos nos genera ansiedad en muchos momentos y hace que en
algunas ocasiones no midamos nuestras decisiones por el ansia de querer recuperarnos demasiado rápido y volver a serlos mismos de antes.Dejar que el tiempo cumpla su función. A veces como más y mejor nos recuperamos es descansando y dejando atrás las ansias de seguir compitiendo.
Las lesiones nos pueden llevar al límite de nuestra paciencia. El tiempo pasa, no se ve la luz y nos ponemos nerviosos, pero siempre hay que afrontar los problemas con positivismo y sabiendo que poco a poco mejoraremos.
La mente es el límite.