Si te has lesionado o sientes malestar en alguna articulación quizá se deba a tus zapatillas. En eso caso, la primera pregunta que hay que hacerse es, ¿cuánto tiempo tienen tus zapatillas? ¿Cuánto entrenas a la semana? Y, evidentemente, ¿cuándo cambiar nuestras zapatillas de running?
El cambio de las zapatillas aunque no seamos corredores asiduos no es un tema baladí, porque un buen calzado previene las lesiones por el impacto de la carrera.
En general se suele recomendar cambiar de zapatillas cada 700 u 800 kilómetros, dependiendo del estilo de carrera, del peso y del terreno.
Como haríamos con el neumático de un coche, lo primero es observar la suela pues el desgaste de la misma nos dará una pista del estado de nuestras zapatillas. Sin embargo, lo más importante es ver el estado de la media suela, la que nos garantiza una buena amortiguación y estabilidad de la pisada. Como no es fácil comprobar el estado de esta suela lo mejor es llevar un control sobre la fecha de compra y el uso que les hemos dado.
Lo ideal es fijar un calendario para saber cuándo las compraste y cuantos kilómetros has recorrido con ellas, pudiendo sacar una media en caso de no usarlas habitualmente. Una de las opciones más útiles es que cuando se aproxime los 700 km adquieras otras zapatillas, y así podrás ir intercalando entre las nuevas y las viejas.
Es importante atender a las recomendaciones del fabricante y de tu tienda de referencia. Y ante la duda por un desgaste que podamos estimar desproporcionado será recomendable acudir al podólogo, para que pueda determinar si tenemos algún problema específico de pisada.
Comprueba aquí el desgaste de tu zapatilla
http://www.labolsadelcorredor.com/como-comprobar-el-desgaste-de-nuestras-zapatillas/