Riesgos en el consumo
El verdadero peligro de las bebidas energéticas es su alto contenido en cafeína y es que una lata de cualquier refresco que se pueda comprar en un supermercado equivale a cuatro tazas de café, cuatro vasos de Coca Cola o seis tazas de té.
Si bien es cierto que son refrescos que ayudan a estimular el organismo en momentos en que se necesita un extra de energía, hay que tener en cuenta que estas bebidas pueden generar un efecto rebote, es decir, aunque cuando la tomes te puedas sentir con energía, al acabar la actividad estarás mucho más cansado que al principio.
Salud y bebidas energéticas
Consumir bebidas energéticas de forma esporádica no es el problema, lo es cuando se toman de forma frecuente e incontrolada. Algunos deportistas consumen estas bebidas mientras hacen ejercicio. Es un grave error ya que alteran su organismo y su ritmo cardíaco. Durante y después del ejercicio físico el ritmo cardíaco aumenta, es muy peligroso aportar además un extra con este tipo de bebidas.
El consumo diario recomendado de cafeína debe ser moderado, en adultos se estima entre 100 y 200 mg diarios. La concentración de cafeína en las bebidas energéticas es de 32 mg por cada 100ml. Las latas de bebida energética suelen ser de 250 ml o 500 ml, por lo que se estaría consumiendo 80 mg o 160 mg, dependiendo del tamaño de la lata.
Las personas con problemas cardiovasculares tienen totalmente prohibido el consumo de estos refrescos, también las personas con problemas psicológicos, por su efecto estimulante. Tampoco deberían consumir bebidas energéticas quienes sufran problemas gástricos, para evitar complicaciones estomacales o digestivas, ni embarazadas o niños.
En definitiva, aunque el consumo esporádico no afecta de forma negativa y directa sobre el organismo, es preferible no consumir este tipo de refrescos, ya que aporta una falsa estimulación que puede dañar peligrosamente el organismo.