El maratón es una de las pruebas más duras a las que un atleta se puede enfrentar. Junto a la preparación física es importante que la persona que vaya a hacer una carrera de estas características se haya formado psíquicamente para este reto.

Cualquier persona tiene momentos en los que está al límite y le cuesta tirar para adelante, más si nos referimos a una persona que está llevando a su cuerpo al máximo esfuerzo. Pensar en la familia y amigos, en los seres queridos, es una de las formas más eficaces para motivarse y continuar con la carrera. Cuando se hace el maratón solo y no hay nadie que te acompañe durante la carrera imaginar que en cada kilómetro va a haber una persona conocida te animará a seguir corriendo.

Por ejemplo, pensar que en el kilómetro 32 vas a ver un amigo de la infancia que hace tiempo que no has visto, que en el kilómetro 33 te espera algún familiar, que uno después, quizás, estén tus padres esperando para animarme. Y así hasta el final, y en cada kilómetro pensarás que ves a una persona querida.

Realmente no están ahí pero imaginando que te están viendo te animará para no decepcionarlos y sacarás la energía para avanzar y llegar a la meta. Cuando quieras superarte es importante no pensar únicamente en ti. Imagínate lo orgulloso que estarán todos cuando finalmente hayas logrado tu objetivo. Merece la pena ver que ellos están felices por tu esfuerzo.