Si bien es cierto que anualmente es recomendable realizarse controles médicos para saber cómo nos encontramos, la necesidad es incluso mayor si tenemos intención de participar en una prueba física como el maratón.

En los últimos años se ha observado un aumento progresivo de corredores en maratones, en los que, en la mayor parte de los casos, no se exigen certificados médicos a los participantes. Este fenómeno ha determinado que muchos corredores aunque no están preparados participan en estas pruebas, con los riesgos que esto supone.

Antes de participar en una prueba de estas características es muy recomendable someterse a uno estudio médico completo.

Mayores o menores de 35

En las personas menores de 35 años es aconsejable, en primer lugar, facilitarle al médico que va a hacer el chequeo el historial clínico personal y familiar del corredor. 

A continuación, el participante debe someterse a un análisis general y un examen clínico cardiológico, que evaluará el estado general de su corazón. Del mismo modo, es recomendable someterse a un electrocardiograma de reposo, que mostrará el ritmo cardiaco y si sufre arritmias.

En los mayores de 35 años, hay que ser más precavidos. Por ello se recomiendan los mismos exámenes anteriores, además de una prueba de esfuerzo, que permitirá descartar una enfermedad coronaria en el corredor.

Aunque es poco frecuente que un deportista sufra algún problema de gravedad durante el maratón, lo cierto es que se pueden prevenir con este tipo de pruebas.