Sufrir una lesión que le obligue a dejar los entrenamientos y competiciones es quizás la peor de las situaciones en las que se puede ver envuelto un runner. 

Precisamente para no volver a recaer al iniciar de nuevo el ejercicio es importante que el corredor siga los siguientes consejos.

Aunque resulta difícil de determinar, la mayoría de lesiones en el mundo del running se deben al mal movimiento o técnica del corredor mientras realiza ejercicio. Frecuentemente es la falta de conocimiento y la escasez de ejercicios de estiramiento o calentamiento lo que provoca las lesiones, aunque también hay ocasiones en las que se producen de manera accidental.

Antes de volver a entrenar es imprescindible que el corredor esté totalmente recuperado y será el médico quien lo corrobore. Las semanas siguientes al alta definitiva, es importante que el runner controle si efectivamente está recuperado o sigue sintiendo dolor. Suponiendo que ya se ha recuperado y puede comenzar a correr, es importante que lo haga progresivamente. La primera semana se recomienda comenzar con la mitad de su kilometraje habitual, haciendo pausas adicionales en caso de sentir molestias.

Probablemente se encuentre más flojo, pero esto no debe obsesionarle, ya que si desea retomar su nivel y no volver a lesionarse, debe ir despacio. Es importante que el runner recuerde que un descanso es necesario en la vida de cualquier atleta. Viéndolo desde este punto de vista el corredor no sentirá frustración y podrá retomar su entrenamiento progresivamente.

En conclusión, dependiendo del tiempo que haya estado parado el corredor necesitará retroceder en sus exigencias de entrenamiento a la hora de ponerse al día. Normalmente, dejar de correr una semana ya acarrea consecuencias, por lo que los primeros días es recomendable que se pruebe a sí mismo, sin forzar.