Desde Running Together queremos hablar de personajes históricos, que por sus hazañas han hecho del running un deporte más respetado. Y cómo no, el primero tenía que ser el mítico Abebe Bikila.
Bikila nació en Mout, Etiopía, y empezó a correr con 17 años. Onni Niskanen, un entrenador sueco le vio y le enseñó a correr. Bikila ganó la medalla de oro en la maratón de los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y se convirtió en una leyenda al correr, junto con su hermano Albalonga Bikila, los 42 km descalzo y lograr también la plusmarca mundial (2 h 15 m 16 s)
Una de las grandes anécdotas fue que durante la prueba, Bikila pasó frente al obelisco de Axum, que fue robado a su país natal en 1937 por el ejército italiano durante la Segunda Guerra Ítalo Abisinia.
Cuatro años más tarde, en las Olimpiadas de Tokio, Abebe Bikila estaba bastante debilitado porque le habían operado de apendicitis seis semanas antes de disputar la maratón y se dudaba de su capacidad de respuesta. El etíope sorprendió a todos y, aunque esta vez con zapatillas, volvió a ganar la medalla de oro y nuevamente estableciendo una nueva marca mundial: 2 h 12 m 11 s.
Su leyenda se agrandaba y más porque contaba el propio corredor que en los años 60 para no aburrirse en sus largas jornadas de entrenamiento, se dedicaba a perseguir y cazar aves y mamíferos. Los seguía sin descanso durante los 42 km y casi ningún animal era capaz de resistir tanto tiempo sin descansar, lo que le permitía atraparlo.
Pero Bikila era un ser humano. En México 68, no pudo convertirse en mito. La altitud de la capital azteca pudo con él y tuvo que abandonar la prueba tras haber recorrido sólo 17 kilómetros.
En 1969, el atleta sufrió un accidente de coche en su país, lo que le produjo una paraplejia, de la que nunca se recuperó totalmente.
Abebe Bikila falleció a los 41 años de edad, el 25 de octubre de 1973. Ese día, murió el hombre que dejó boquiabierto a todo el mundo por su épica carrera y nació el mito.
foto tomada de wikipedia commons