Una de las tendencias más novedosas en el mundo del running en los últimos años es el Chi Running. Se trata de una nueva técnica de entrenamiento que busca precisamente evitar que el corredor sufra dolor durante sus ejercicios.
Está inspirado en el Tai Chi, un arte marcial chino que consiste en generar energía vital (Chi) y hacer que fluya de forma armoniosa por todo el cuerpo. Según el Tai Chi, con la combinación de la concentración interna y los movimientos del cuerpo acompasados se obtiene una forma de correr más eficiente, ya que el runner toma conciencia de sus desplazamientos y se ahorra energía en cada zancada, minimizando el impacto.
Básicamente, y de forma general, el Chi Running consiste en sustituir el sufrimiento que se padece al correr por la satisfacción y bienestar durante el ejercicio. El proceso de aprendizaje de esta modalidad no es fácil, y exige que el corredor pula su técnica, relaje la parte superior del cuerpo o coordine las zancadas, entre otros aspectos.
Por tanto, y en definitiva, el Chi running se centra en la integración entre cuerpo y mente para mejorar la satisfacción al correr. En este sentido, y en lo que se refiere al cuerpo, es importante que el corredor marque correctamente los ritmos de respiración y mantenga una buena postura corporal, con una inclinación hacia adelante.
El runner debe dar pasos cortos y siempre por debajo de su centro de gravedad. El objetivo es correr de forma armoniosa empleando el mínimo gasto energético. Se deben además relajar los músculos del cuerpo y evitar cualquier tensión innecesaria.
En lo que se refiere a la mente, el Chi Running establece que durante los ejercicios el corredor mantenga la mente enfocada siempre en terminar la sesión satisfecho y relajado. Debe dejar de lado los pensamientos negativos y centrarse únicamente en estar sereno y relajado.
El Chi running no consiste en hacer entrenamientos de alta intensidad, sino en rodajes suaves y a ritmo conversacional, sin jadear en ningún momento.