Que el running es un deporte de moda no es ninguna novedad y la prueba es que cada día más y más personas se suman a la moda de “calzarse las zapatillas” y una de las razones es porque es un deporte barato. Pero, ¿realmente, qué cuesta correr’
El número de personas que ha empezado a practicarlo se ha multiplicado por 5 en estos últimos años y ha aumentado con la crisis económica. Según un estudio reciente publicado por la publicación económica El Economista, la gente que lo practica tiene una edad media de 28 años, porque permite conciliar con familias y trabajos, la equipación es barata y sencilla y se produce un efecto de contagio colectivo.
Los datos de este son informe nos indica que la industria textil del running (calzado y equipación deportiva) facturó unos 300 millones de euros en nuestro país y en 2013 se vendieron casi 2,5 millones de pares (840.000 pares más que en 1997) y de ellas casi un 23% fueron modelos de zapatillas para mujeres.
El negocio del running, más allá de la equipación
Se calcula que hay más de dos millones y medio de corredores en España (incluyendo los profesionales y amateurs). Además del material deportivo, el mundo del running tiene en la organización de carreras otro filón. En EE.UU. (donde se calcula que había unos51 millones de corredores en 2012) los ingresos por el mundo del running fueron de más de 3 mil millones de dólares.
En España, el año pasado un total hubo más de 3.300 carreras populares (sin incluir duatlones o triatlones) y se calcula que el gasto medio es de 1 € por kilómetro. Otro aspecto es la “fiebre” por salir a correr fuera (cada año más de 700 españoles participan en maratones fuera de nuestras fronteras), que puede llegar a costar más de 3.000 euros, si vamos a maratones tan emblemáticos como Nueva York.
En cuanto a la equipación básica; pantalón, camiseta y zapatillas puede salir alrededor de los 100 euros, aunque el precio medio de una zapatilla de running es de unos 67 euros y eso que el 20% de los modelos que se venden están por encima de los 120 euros.
Si a ello añadimos mallas, camisetas térmicas en invierno, cortavientos y los nuevos dispositivos (relojes con GPS, medidor de velocidad, distancia o ritmo…) se encarece notablemente el coste medio yéndose por encima de los 300 euros.
Y aún habría que añadir, la alimentación y suplementación, el aspecto médico (rehabilitadores, medicina deportiva, nutricionistas...), así como el entrenador personal o para los más avezados, psicólogos deportivos.
Como cualquier deporte, la exigencia de cada uno es la que nos determinará el coste que querremos asumir para practicar nuestro deporte.