Independientemente de cómo sea tu pareja, salir a correr con él o ella puede ser una gran experiencia.
Compartir vuestra afición, vivir juntos buenos momentos y relajaros es algo fantástico que no todo el mundo puede disfrutar.
El principal inconveniente al que se enfrentan las parejas cuando salen a correr es el del ritmo. Lo más frecuente es que uno de los dos tenga que ejercitarse a un ritmo más bajo para poder acompañar al otro, a no ser que los dos tengan un nivel físico similar, que a la larga se puede lograr, pero que en un comienzo suele ser poco frecuente.
Precisamente, y para evitar discusiones lo ideal es pactar antes de empezar el ritmo. Como en todos los otros ámbitos de la vida, una buena y fluida comunicación ayudará a la pareja de deportistas a disfrutar plenamente de la carrera.
El hecho de que el runner salga con su pareja a correr no debe implicar que sólo pueda ejercitarse con él o ella. Es necesario también dejar cierta independencia para salir en solitario o con otros corredores que se adapten mejor a su ritmo.
Correr en compañía de tu pareja tiene muchas ventajas, sobre todo, cuando se planean salidas de varios días lejos de la ciudad. Correr en buena compañía siempre es un placer, y qué mejor hacerlo que con tu compañero o compañera de vida.