Estamos haciendo ejercicio y necesitamos alimentar a los músculos a través de la sangre, pero también hemos de refrigerarlo cuando hace calor y nuestro cuerpo lo hace mediante el sudor.
Al sudar estamos refrigerando nuestro cuerpo ante una situación de alta temperatura en nuestro cuerpo.
Normalmente, no somos conscientes que podemos perder casi 1 litro de líquido en 1hora de ejercicio. De ellos, no se recupera ni el 50%, sobre todo en carreras; por eso tenemos que hidratarnos antes de correr, después de hacerlo y también durante el ejercicio.
¿Qué sucede cuando nos deshidratamos? ¿Qué pasa si perdemos líquido? En primer lugar, nuestra sangre se vuelve más espesa y aparece de la fatiga muscular. Aumenta la posibilidad de sufrir una “pájara” y el riesgo de lesión.
Pero, ¿cómo podemos saber si nos estamos deshidratando?
No hay un solo síntoma que nos avise que estamos deshidratándonos, así que debemos atender a más de una señal que nos indica que algo no funciona como debe en nuestro cuerpo.
Un aviso clave es la sensación de tener sed y la boca seca. El enrojecimiento de la piel nos indica que estamos perdiendo demasiada agua, el aumento de temperatura corporal es un síntoma de que el cuerpo no regula correctamente. Otros avisos son el pulso elevado, el aumento de la respiración de un modo arítmico, la fatiga muscular y la pérdida de capacidad del ejercicio (parece que ya no eres capaz de seguir, piernas pesadas, bajón del ritmo…)
¿Cómo prevenir la deshidratación?
Lógicamente, la mejor manera es beber, y beber de un modo planificado:
Y además de beber, otro modo de ayudarnos a evitar la deshidratación es utilizar materiales que nos ayuden a hidratarnos correctamente:
Recuerda, correr en verano tiene un riesgo añadido, la deshidratación; así que si corres con calor, corre con cabeza.