En nuestro anterior reportaje, hablábamos de que en Berlín se podía hacer casi cualquier cosa. Hoy nos acercamos a ver algunas otras diferentes, algo que sólo podemos encontrar en ciudades con la madurez cultural y cosmopolitismo de la capital alemana; en definitiva, acerquémonos a experiencias mucho más “berlinesas”.
Tres lugares panorámicos
Berlín es una ciudad relativamente llana, por lo tanto hay pocos lugares desde los que disfrutar de esta otra manera de “ver la ciudad”.
El Panoramapunkt está en lo alto de la torre de ladrillos Kollhoff (en Potsdamer Platz). Es uno de los puntos de observación preferido en el centro de la ciudad. Con el ascensor más rápido de Europa se sube un centenar de metros para disfrutar de las vistas del centro de Berlín.
Al sur, el monumento en lo alto de la colina de Kreuzberg, en Viktoriapark, es el punto natural más alto de Berlín. Allí podemos comprar unas cervezas y dar un paseo por la romántica cascada durante la puesta de sol.
Por último, en el distrito de Neukoelln, está el Klunkerkranich –el llamado nuevo “jardín cultural de azotea”, situado en lo alto del aparcamiento de un centro comercial-. Un entorno “musical”, con bar, disc-jockeys, música en directo y fiestas y unas vistas fabulosas de Berlín.
Tempelhofer Freiheit Park
Visitar un aeropuerto no parece muy apasionante, pero cuando ve las pistas del antiguo aeródromo de Tempelhof con sus dos kilómetros de anchura de pista completamente vacía y el edificio terminal de 1.200 metros de longitud se queda sin palabras y más cuándo esta instalación se ha convertido en un parque para tomar el sol, , correr, ir en bici, patinar, pasear al perro, hacer barbacoas o practicar kite surf.
El aeropuerto se construyó en los años treinta para ser el aeropuerto más avanzado del mundo y uno de los edificios más grandes del planeta.
Más tarde, los estadounidenses lo utilizaron como aeropuerto militar,
y desempeñó un papel clave para salvar al Berlín Oeste durante el bloqueo
soviético de 1949.
Exploraciones urbanas
En cualquier ciudad del mundo sus ruinas serían sólo eso: ruinas. En Berlín, tanto fotógrafos como artistas, grafiteros o curiosos se ven atraídos por los muchos lugares abandonados de Berlín, y se planean “exploraciones urbanas”; de hecho páginas web dedicadas a ello.
En el distrito de Treptow (en el sudeste de la ciudad), el antiguo parque de atracciones Spreepark es uno de los ejemplos más espectaculares.
La noria y muchas atracciones están siendo engullidas lentamente por el bosque, y se pueden visitar en una excursión.
En la colina de Teufelsberg se puede visitar lo que fue el antiguo puesto de espionaje de la CIA y algo más lejos, se puede echar un vistazo a la Villa Olímpica, el hospital Beelitz Heilstätten, o varias zonas militares nazis o soviéticas.