El 70% de nuestro cuerpo es agua y por lógica es lo primero que se pierde en una carrera, de modo que una buena hidratación es necesaria para acabar con éxito una carrera.
Además, nuestro cuerpo es también un “animal de costumbres”; de modo que, tu organismo debe “reconocer” las bebidas que vas a tomar durante la carrera; así que además de hidratarte, el día de la carrera no es el mejor para salir de la zona de confort y probar nuevas bebidas. Los “experimentos” los dejaremos para los días de entrenamiento, el día de la carrera lo mejor es ir a lo seguro e ingerir bebidas que nuestro cuerpo asimile perfectamente.
Es fundamental disponer de una estrategia de hidratación; es decir, además de conocer qué bebida te sienta mejor hay que tener claro nuestras necesidades de líquidos y junto con las características de la prueba planificaremos nuestra carrera: informarse de los puntos de avituallamiento, qué líquidos ofrece la organización, cómo se ofrece la bebida etc.
Tener en cuenta también que la bebida que cargamos durante la carrera se pueden calentar mucho durante el recorrido (los líquidos se toleran mejor entre los 15-22 grados), dado que está demostrado que la bebida muy caliente aumenta el riesgo de deshidratación, además de ser muy desagradable.
Pero si la deshidratación es uno de los factores que pueden limitar nuestro rendimiento, también lo es ingerir líquidos en exceso porque puedes sentirte muy pesado y que tu rendimiento se vea igual de afectado consiguiendo el efecto contrario.
Así, estar pendientes de programar nuestra hidratación durante la carrera, conocer los puestos de avituallamiento y mantener los líquidos fríos son pautas básicas para una buena hidratación que redundará en un mejor rendimiento.
¿Cuáles son tus pautas de hidratación? Sé inteligente y planifícalo como rutina entu pauta de entrenamiento.