Los destinos por excelencia para disfrutar de las vacaciones de verano son los municipios de costa. El veraneo de “sol y playa” sigue siendo una de las alternativas más extendidas en nuestro país durante la época estival.
Con todo, estar de vacaciones no supone necesariamente dejar de entrenar. Te presentamos algunos consejos para que puedas entrenar este verano en la playa.
En primer lugar, es muy importante que prestes atención al sol y al calor. Un golpe de calor es una de las peores experiencias que un runner puede sufrir mientras se entrena.
Para evitar problemas, no entrenes durante las horas centrales del día, hidrátate correctamente antes y durante el entrenamiento y usa crema solar. Lleva siempre una gorra para protegerte del sol y gafas de sol.
Por otro lado, evita en lo posible el desnivel de la orilla a la hora de correr. Todas las playas tienen una inclinación hacia el agua, así que si corres habitualmente en esa zona de la playa estarás corriendo de forma descompensada y apoyando más peso en una pierna que en otra. Puedes lesionarte las rodillas o sufrir sobrecargas.
Aunque la arena de la playa invite a ello, usa zapatillas y no corras descalzo durante mucho tiempo, a no ser que hayas practicado previamente el barefoot y, en cualquier caso, no se recomienda correr descalzo al principio más de 5-10 minutos.
Se recomienda usar las mismas zapatillas con las que el runner corre por asfalto y hacerlo por la parte donde la arena está más compacta, porque la arena blanda hará que correr sea muy pesado y existe el riesgo de sufrir una lesión de tobillo.